miércoles, 29 de septiembre de 2010

MALA PRENSA PARA CHAVES Y PETRONILA ENTRE ANTIDISTURBIOS

Nunca una visita de Manuel Chaves a Huelva fue tan incómoda y hostil como la que el vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial protagonizó este jueves.
Chaves se llevó más de tres horas huyendo por la capital de las pancartas, abucheos y pitos de sindicalistas del CSIF, algunos vecinos del barrio del Molino y de trabajadores de astilleros.
La jornada no pudo empezar peor para el vicepresidente. A partir de las 10 de la mañana, el ministro debía realizar una visita a la calle Diego de Almagro para comprobar las obras llevadas a cabo con fondos estatales.
Pero en el recibimiento al vicepresidente tercero del Gobierno se colaron unos ruidosos e inesperados invitados: una veintena de delegados sindicales de CSIF con megáfonos, pitos, bocinas y pancartas se unían a la comitiva que empezaba su peregrinar por las calles del barrio onubense del Molino.
Gritos de "Zapatero, embustero", "Cinco millones de parados en vuestra cuenta", "No más recortes" o el irónico "Menos mal que tienes talante, como Zapatero", compusieron el soniquete que acompañó a Chaves en su visita.
Visto lo que se avecinaba, el vicepresidente y el alcalde, que caminaba a su lado mientras le mostraba las obras, aceleraron el paso de manera extraordinaria para dejar atrás a los sindicalistas. Las más de 40 personas, entre autoridades, vecinos y periodistas que conformaban el séquito de Chaves, seguían a duras penas el ritmo del vicepresidente.
Tras ponerse en contacto López Garzón con el comisario de Policía Nacional, un furgón policial de la Brigada de Seguridad Ciudadana acudió en auxilio de Chaves para establecer una considerable distancia entre el vicepresidente y los delegados del CSIF.
Mientras tanto, el delegado del Gobierno en Andalucía abroncaba al subdelegado del Gobierno, Manuel Bago, por no haber previsto lo ocurrido destinando más agentes policiales.
Esta romería por el barrio del Molino acabó en apenas cinco minutos. Sin embargo, el vicepresidente tuvo que escuchar durante varios minutos más los abucheos del sindicato porque su vehículo oficial se demoraba.

Incidentes ante el Gran Teatro

Finalmente, el vicepresidente tercero del Gobierno y ministro, con visible cara de circunstancias, escapó del Molino junto al alcalde en el coche oficial del subdelegado del Gobierno, porque el suyo no llegaba. De allí, se dirigió al Gran Teatro, otro de los puntos donde se han realizado obras estatales. Esta visita fue más tranquila. Pero sólo durante unos instantes.
Los trabajadores de Astilleros que estaban manifestándose en la puerta de la Subdelegación del Gobierno en la Gran Vía -a escasos metros de la calle Vázquez López, donde se sitúa el teatro capitalino- decidieron aguarle lo que le quedaba de estancia.
Justo cuando el alcalde y Chaves iban a realizar declaraciones improvisadas ante los medios que cubrían la visita, apareció el subdelegado del Gobierno que instó al vicepresidente tercero a abandonar el Gran Teatro a la mayor brevedad posible debido a la inminente llegada de los obreros. Unos trabajadores que fueron frenados por antidisturbios de la Brigada de Seguridad Ciudadana a la entrada de la calle, entre empujones y momentos de tensión. Chaves, nuevamente, huyó.

Obreros navales en la Diputación

Cordón policial en la Diputación. | E. D. Cordón policial en la Diputación. | E. D.
Pero aún no había acabado su calvario en Huelva. Los trabajadores querían hacerse oír a toda costa, y dieron media vuelta para encaminarse a la Diputación, donde la presidenta y candidata a la Alcaldía de Huelva por el PSOE, Petronila Guerrero, aguardaba la visita institucional.
Con pancartas y bocinas, los miembros de Astilleros desafiaban a Guerrero y a los veinte antidisturbios apostados ante la sede provincial de la Gran Vía para impedir el acceso de unos obreros que gritaban "Astilleros no se cierra", y "políticos del PSOE, políticos de mierda", entre otros cánticos.
Petronila mantuvo el tipo a las puertas del edificio más de veinte minutos mientras aguardaba al ministro. Finalmente, la presidenta entró en la sede de la Diputación cuando le comunicaron que Manuel Chaves había accedido al edificio por la puerta trasera para no enfrentarse al medio centenar de trabajadores y a los medios de comunicación que esperaban en la entrada principal.
Una vez dentro y a salvo, Petronila Guerrero bajó e invitó a dos delegados sindicales de la factoría naval para que se entrevistaran con ella y el vicepresidente del Gobierno.
Así acabó el vía crucis de Manuel Chaves por las calles de Huelva.

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